Año del Jubileo, año de la misericordia y de perdón.

En este año del Jubileo, del perdón y de la misericordia la Iglesia nos recuerda que tenemos el sacramento de la reconciliación, que es el regalo del perdón de nuestros pecados.
Por el sacramento del perdón Dios nos perdona nuestros pecados, recobramos la amistad con Dios.
Jesús perdonó los pecados.
Jesús dio el poder de perdonar los pecados a la Iglesia.
Todos somos pecadores. Todos, en nuestra vida en muchos momentos, despreciamos la amistad de Dios, el estilo de vida que Él nos propone, no respetamos sus normas de conducta, ofendemos a los demás... Rompemos la amistad con Dios.
Ante esa realidad Dios nos ofrece su perdón que es fruto de su amor.
Que sepamos valorar ese regalo que Dios nos ofrece del perdón de nuestros pecados, para que así como Él nos perdona nosotros sepamos perdonarnos unos a otros.

San Antonio

Vamos a celebrar, como todos los años, la festividad de San Antonio.
Bendeciremos los animales e iremos a la muntanyeta de Sant Antoni donde celebraremos la Eucaristía.
Será un día ante todo de convivencia entre todas las personas que se acercarán a ese lugar emblemático para el pueblo de Alquerías del N.P.
Que San Antonio nos proteja y de una forma especial que nos ilumine para cuidar como se debe la naturaleza, que es obra de Dios para todos. 
Que nuestro mundo no sea avaricioso y actúe de forma responsable para no maltratar la obra de Dios.
Que en todo lo creado sepamos descubrir la mano de Dios.
Dios ha sido bueno con nosotros ya que nos ha construido una gran casa donde podamos vivir.

 

OBRAS DE MISERICORDIA ESPÍRITUALES

Son siete:
1.- Enseñar al que no sabe.
2.- Dar buen consejo al que lo necesita.
3.- Corregir al que hierra.
4.- Perdonar las injurias.
5.- Consolar al triste.
6.- Sufrir con paciencia los defectos del prójimo.
7.- Rogar a Dios por los vivos y difuntos.

   Las obras de misericordia son el modo en que expresamos el amor con que Dios nos ama.
   Al amar de esta manera a los demás, expresamos nuestra fe en Dios, que se ha hecho hombre, ha entrado en nuestra vida y la ha hecho semejante a la suya.
   Misericordia significa poner el corazón en las pobrezas, necesidades y sufrimientos de los demás.
   Esos sufrimientos, esas pobrezas, pueden ser espirituales y corporales.
   No hay que confundir la misericordia con tener pena. El que sólo tiene pena no se implica por hacer algo bueno por el otro.
   Cuando decimos que Dios es misericordioso queremos decir que ama nuestras pobrezas, las abraza y las transforma con su amor.
   Es decir nos da posibilidades para salir de nuestra miseria. No olvidemos que el ejemplo a imitar es siempre Jesús. Sus palabras y sus obras estuvieron llenas de misericordia con todos los que sufrían alguna dolencia, con todos los que vivían en el pecado o eran presas de alguna enfermedad o sufrimiento.

OBRAS DE MISERICORDIA CORPORALES

Son siete:
1.- Visitar y Cuidar de los enfermos.
2.- Dar de Comer al hambriento.
3.- Dar de Beber al sediento.
4.- Dar Posada al peregrino.
5.- Vestir al desnudo.
6.- Redimir al cautivo.
7.- Enterrar a los muertos.

   Seguro que a lo largo de este nuevo año, de este año Jubilar, muy posiblemente la vida nos deparará en más de una ocasión la oportunidad de ejercitarnos en alguna de estas obras corporales de misericordia.
   Al llevar ala práctica alguna de estas obras de misericordia corporales o de las espirituales no lo hagamos por quedar bien, no lo hagamos por salir del paso... sino de corazón.
   Jesús, el Hijo de Dios de quien estos días de Navidad hemos celebrado su nacimiento, fue un experto en ejercitar estas obras de misericordia y la Iglesia a lo largo de la historia ha tenido y sigue teniendo muchos miembros que no hacen otra cosa que llevar a la práctica alguna de estas obras de misericordia.