HAZ QUE SEAN DICHOSOS, SEÑOR.
Haz que sean dichosos, Señor,
quienes colaboran contigo en la recreación
y en la conservación de la naturalez,
que gocen de ella y sean recreados por tu Espíritu.
Haz que sean dichosos, Señor,
quienes trabajan por una sociedad más justa y fraterna,
que se sientan acompañados, amados y fortalecidos por Ti.
Haz que sean dichosos, Señor,
quienes comparten el fruto de su trabajo
con los que no lo tienen,
que puedan gozar de los bienes de tu Reino.
Haz que sean dichosos, Señor,
quienes reivindican o crean puestos de trabajo digno
para los "parados", que experimenten que están colaborando
contigo en la construcción de tu Reino.
Haz que sean dichosos, Señor,
quienes apoyan y defienden a los explotados y humillados
en el trabajo esclavo y precario,
que se sientan reconocidos por Ti
como promotores de la dignidad y la libertad de tus hijos,
sus hermanos.
Nadie cree lo intenso y fuerte que es el rezo y el poder que tiene. Solamente aquel cuya experiencia le ha enseñado... y el que lo ha ensayado.
Oración ante el Santísimo
El papa
Francisco ha pedido a las parroquias que puedan de todo el mundo que los días
13 y 14 de este mes de marzo, dentro de la cuaresma que hagan las 24 horas
seguidas de oración ante el Santísimo.
Algunas
parroquias grandes de nuestra diócesis lo han asumido y harán las 24 horas
seguidas de oración ante el Santísimo.
Nosotros lo
hemos reducido bastante y la propuesta es que el sábado, día 14 por la tarde de
15’30 a 18’30 tendremos el Santísimo expuesto en la capilla de la Iglesia donde
los que quieran podrán tener su tiempo de oración.
Estamos en
cuaresma y durante la cuaresma tradicionalmente los cristianos solemos rezar
más, ayunamos, nos privamos de algo y compartimos.
Es bueno y
saludable estar un tiempo ante el Señor para hablarle de nuestras cosas buenas
y malas, de las personas que nos rodean, de lo que acontece en el mundo.
Es bueno
estar un tiempo ante el Señor para darle gracias, para pedirle ayuda, para
recordare ante Él a personas queridas que viven o que ya están en la casa del
Padre.
Es bueno
para nosotros escuchar la Palabra de
Dios, para ver lo que Dios nos está diciendo.
Mientras
dure la Exposición del Santísimo habrá algún sacerdote por si hay personas que
deseen confesarse.
Es bueno caer
en la cuenta que al mismo tiempo que nosotros en todo el mundo habrá grupos de
personas que harán lo mismo que nosotros. Hagamos lo posible por pasar un
momento por la Iglesia la tarde del sábado, día 14 de marzo.
No convirtáis en mercado la casa de mi Padre
Desde
pequeño, Señor Jesús habías subido con frecuencia al Templo de Jerusalén. Era
obligado para todo buen judío subir a Jerusalén, la ciudad santa y en ella ir
al Templo, lugar sagrado.
Supongo que
en tu interior, con frecuencia, te enfadarías por algunas de las cosas que allí
veías. El templo, la casa de Dios, la había convertido en un mercado
Ahora ya no
puedes mantener tu indignación y proclamas que aquel lugar ha de ser espacio de
oración, de encuentro con Dios.
Es la
primera vez que te veo tan enérgico.
Tú, Señor,
Jesús, que eres manso y humilde de corazón ahora te muestras implacable,
tajante.
Tú, Señor
Jesús, que eres compasivo, sencillo… llegado el momento te impones y tratas de
poner las cosas en su sitio.
Tú, Señor
Jesús, sales en defensa del honor y del respeto a Dios Padre.
Yo me
pregunto ¿qué harías hoy cuando vemos que en este mundo hay miles y miles de
personas, de criaturas de Dios que mueren de hambre porque no hay justicia, porque las cosas están mal
repartidas?
¿Qué harías
hoy ante tanto dinero malgastado en guerras y armamento mientras tantas
personas mueren porque no tienen de qué alimentarse?
¿Qué harías
hoy ante esas violencias y fanatismos por causa de la religión. Violencias que tratan de borrar de este mundo maneras de
creer y de relacionarse con Dios?
Estamos en
cuaresma tiempo de conversión ¿de qué he de convertirme?
Seguramente
nuestras iglesias, nuestras comunidades parroquiales deberían ser más solidarias,
más abiertas, más alegres, más cercanas a todos aquellos que sufren. Seguro,
Señor Jesús que Tú nos pides que en nuestras vidas demos más importancia a Dios
y a las personas.
¿Qué es,
Señor Jesús, lo que te molesta de nuestras comunidades cristianas?
Señor Jesús,
danos coraje para, con tu ayuda ir eliminando de nosotros y de nuestra
comunidad parroquial todo aquello que va en contra del proyecto de Dios Padre.
Perdón,
Señor Jesús, porque seguramente hay comportamientos en nuestras vidas y en
nuestras comunidades cristianas que te fastidian y no tenemos el coraje de
trabajar por eliminarlas.
PLEGARIA 2º VIERNES de Cuaresma
COMPAÑERA ENFERMEDAD
Señor, enséñame
a convivir pacíficamente con la enfermedad,
compañera de viaje, en este mundo nuestro.
Permíteme escuchar el susurro de la vida,
siempre frágil, siempre nueva,
fruto de tu sabiduria y amor.
Señor, enséñame
a alejar de mis anhelos la tentación de pedir ser curado,
espiritualidad de atajos y privilegios.
Ayúdame a no dejarme seducir por la salud del escaparate.
Aléjame del reclamo deslumbrante de la publicidad,
salud de cosmética y vanidad.
Señor, enséñame
a no dejarme vencer por el dolor y la dependencia,
daños colaterales, que amenazan mi paz.
Hazme fuerte, dame coraje y serenidad.
Consuélame, fortaléceme, acompáñame, siempre,
que en tu silencio descubra tu verdadera solidaridad.
Señor, enséñame
a compartir la lucha de los que denuncian la diferencia
y luchan por una vida más saludable, para todos,
impulsores de igualdad, constructores de tu Reino.
Haz que descubra en ellos, tu voz y tu compasión,
claridad y sosiego, ante tanto misterio.
Señor, enséñame
a convivir pacíficamente con la enfermedad,
compañera de viaje, en este mundo nuestro.
Permíteme escuchar el susurro de la vida,
siempre frágil, siempre nueva,
fruto de tu sabiduria y amor.
Señor, enséñame
a alejar de mis anhelos la tentación de pedir ser curado,
espiritualidad de atajos y privilegios.
Ayúdame a no dejarme seducir por la salud del escaparate.
Aléjame del reclamo deslumbrante de la publicidad,
salud de cosmética y vanidad.
Señor, enséñame
a no dejarme vencer por el dolor y la dependencia,
daños colaterales, que amenazan mi paz.
Hazme fuerte, dame coraje y serenidad.
Consuélame, fortaléceme, acompáñame, siempre,
que en tu silencio descubra tu verdadera solidaridad.
Señor, enséñame
a compartir la lucha de los que denuncian la diferencia
y luchan por una vida más saludable, para todos,
impulsores de igualdad, constructores de tu Reino.
Haz que descubra en ellos, tu voz y tu compasión,
claridad y sosiego, ante tanto misterio.
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