En nuestra zona son muchas las personas que llevan el
nombre de Vicente o de Vicenta, en memoria a San Vicente Ferrer, ello es un
síntoma de la incidencia que tuvo, a lo largo de los siglos, este santo en
nuestra zona.
Él era de Valencia y era dominico, orden religiosa que
está dedicada de una forma especial a la predicación. A ello se dedicó por
completo San Vicente Ferrer, recorriendo muchos lugares de Europa anunciando el
evangelio. Fue un predicador itinerante, por ello estuvo también en algunos
sitios de nuestra diócesis.
Jesús vino a este mundo y en su vida pública, de palabra
y con hechos, no hizo otra cosa que anunciar la Buena Nueva. Esa era su misión
y él mandó a sus apóstoles a ir por todo el mundo a anunciar el evangelio. La
Iglesia se misionera, enviada de Jesús.
Esa es la misión de la Iglesia que existe para
evangelizar, para trasmitir al mundo la Bueno Noticia del Evangelio.
Todos los cristianos, por ser miembros de la iglesia,
somos misioneros, anunciadores de esa Buena Noticia. Que entre otros aspectos
podríamos señalar, concretar en que Dios es amor, Dios es Padre, Dios nos
quiere, somos hijos suyos y quiere que formemos con Él una gran familia en la
que la norma de conducta será amarnos como Él nos amó.
San Vicente
Ferrer, en cuerpo y alma, se dedicó a llevar a la práctica esta
dimensión de la vida de la Iglesia: ser misionero.
El rasgo más distintivo de este santo es que fue un anunciador
itinerante de la Buena Nueva, siguiendo las huellas de Jesús.
El Papa Francisco desde su llegada a la cátedra de Pedro
está invitando a la Iglesia a recobrar su “ser misionera” Y desea que lo haga
con gozo, pues lo que hay que testimoniar y anunciar es “la alegría del
Evangelio”. Y habla de ello diciendo que la Iglesia hoy ha de estar “en
salida”, sobre todo para llegar hasta las
periferias donde se hallan las
personas necesitadas
Este año es un
año Santo, por los 600 años de la muerte de San Vicente Ferrer
Año Santo o Año jubilar es un momento de gracia en el que
la Iglesia concede especiales gracias(indulgencias) con motivo de un
acontecimiento eclesial de gran relevancia.
El 5 de abril de 2019 celebraremos el sexto centenario de
la muerte de San Vicente Ferrer.
El Año Santo Vicenciano quiere dar a conocer la figura
histórica de San Vicente Ferrer y proponer el modelo de hombre de Dios, siempre
al servicio de la Iglesia. Además, debe ser un nuevo impulso para evangelizar
nuestra diócesis con sus parroquias.
Ojalá este Año Santo nos ayudase a valorar nuestra fe, a
conocerla mejor y a dar razón de ella en cualquier lugar o ambiente con
nuestros hechos y nuestras palabras
El beneficio especial del Año Santo consiste en el perdón
de los pecados. Para lograrlo el cristiano deber alcanzar la indulgencia plenaria
viviendo activamente el jubileo y cumpliendo las disposiciones establecidas por
la Santa Sede:
-
Peregrinar a uno de los templos jubilares
-
Confesarse sacramentalmente y arrepentirse de sus pecados.
-
Recibir la sagrada comunión
-
Orar por las intenciones del Papa.
-
Recitar el símbolo dela fe, el credo.
-
Rezar el Padrenuestro y una invocación mariana.
-
Que San Vicente Ferrer nos bendiga y nos ilumine para
apreciar debidamente nuestra fe y al mismo tiempo nos estimule a ser
misioneros.