“¿Cómo
cuidar a aquellos que, después de irreversible fracaso de su vínculo
matrimonial, han comenzado una nueva unión?. Ha crecido muchos la conciencia de
que es necesaria una fraterna y atenta acogida, en el amor y en la verdad, a
los bautizados que han establecido una nueva convivencia después del fracaso
del matrimonio sacramental, en efecto, estas personas no son excomulgadas, no
están excomulgadas y no van a ser absolutamente tratadas como tales: ellas
forman parte de la Iglesia…”
“De
ahí la reiterada invitación de los pastores a manifestar abiertamente y coherentemente la disponibilidad de la comunidad a acogerlos
y a animarlos, para que vivan y desarrollen cada vez más su pertenencia a
Cristo y a la Iglesia con la oración, con la escucha de la Palabra de Dios, con
la frecuencia a la liturgia, con la educación cristiana de los hijos, con la
caridad y el servicio a los pobres, con el compromiso por la justicia y la paz..”
“La
Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre…. Ninguna puerta
cerrada. Todos pueden integrar la comunidad. La Iglesia… es la casa paterna
donde hay lugar para cada uno con su vida acuestas…
Todos
los cristianos están llamados a imitar al Buen Pastor. Sobre todo las familias
cristinas pueden colaborar con Él cuidando a las familias heridas,
acompañándolas en la vida de fe de la comunidad. Cada uno haga su parte
asumiendo la actitud del Buen Pastor, que conoce y ama cada una de sus ovejas
¡y a ninguna excluye de su amor! Gracias”