“Yo le pediré al Padre que os dé otro defensor que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad… Vosotros lo conocéis porque vive con vosotros… Vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo…” ( Jn 14, 15-21)
Señor Jesús:
Hoy tu evangelio nos habla de tu Espíritu.
Es “el defensor que está siempre con nosotros” y “Espíritu de la verdad”.
gracias a él no estamos “huérfanos” de tu presencia,
gracias a él “te vemos y vivimos contigo”
El Espíritu fue el motor de tu vida.
“Concebido por obra del Espíritu Santo”
“En el momento de tu bautismo en el Jordán y de manos de Juan
el Espíritu se hace presente en forma de paloma”
“Fuiste llevado al desierto por el Espíritu Santo
En Nazaret, en la sinagoga, lees el texto de Isaías que empieza diciendo:” El Espíritu del Señor está sobre mi… “ para concluir como todo comentario: Esto que habéis escuchado se cumple en mi..Tú lleno del Espíritu Santo.
El Espíritu se filtraba por todos los entresijos de tu existencia:
en tu amor apasionado por el Padre y por los hermanos;
en tu búsqueda de la verdad de las cosas;
en tu afán por liberar a las personas de todas las ataduras;
en tu respeto por la vida;
en tu libertad para hacer el bien;
en la paz que respiraba tu compañía;
en la alegría que dabas a los enfermos.
¿Dónde está ahora, Señor, tu Espíritu?
Me da miedo señalar lugares y personas, ¿quién soy yo para indicar?
Pero tu Espíritu seguro que continúa acompañándonos noche y día,
a mi modo de ver, sobre todo, está en tu Iglesia, o sea el en Papa y los Obispos, en los sacerdotes y religiosos y en los seglares que son la base de la Iglesia,
sino de donde la continuidad de la Iglesia a través de los siglos.
Con lo mal que, a veces, lo hemos hecho y continuamos haciéndolo nosotros, tus seguidores,
De no ser por tu Espíritu ¿qué sería de la Iglesia?
Tu Espíritu está en la fe sencilla de muchas personas
y en el compromiso de personas implicadas en grupos y movimientos.
Tú Espíritu está donde menos lo pienso, tanto por parte de personas como por parte de grupos.
Tengo necesidad de abrir mi campo de mira.
Tu Espíritu está suelto,
no ha quedado encorsetado en los límites de las estructuras .
eclesiales.
Tu Espíritu está en reuniones internacionales de miles y miles de personas y en el campamento del Junior de este verano en Pereroles.
Tu Espíritu está en algún libro que he leído y en el que lo redactó.
Tu Espíritu… ¡cuánto lo necesitamos para mantenernos y seguir adelante, para descubrir nuevos caminos de anuncio de tu mensaje.
Tu Espíritu ¡cuánta falta nos hace para vivir con el alma en paz, sin renunciar a decir lo que haya que decir, sin encerrarnos en nuestro refugio, sin tener miedo a las represalias.
Señor, danos tu Espíritu cada día, porque cada día lo necesitamos.
Que sea Él quien nos oriente en nuestro camino.
Gracias, Señor Jesús, por tu Espíritu.