Creo en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo

Jesús le hablaba a Dios diciéndole Padre
y así nos enseña que le hablemos.
Dios, por encima de todo, es padre, padre nuestro,
de todos sin exclusión de nadie.
Dios es Padre y eso nos  dice que Dios es amor.

Dios, Tú nos amas como el mejor de todos los padres.
y nosotros somos tus hijos, no tan buenos como TÚ, Padre.
Tú nos has dado la vida, el mundo, a tu propio Hijo
y para colmo Tú nos das tu propia vida,
Tú nos haces partícipes de tu misma vida.

Gracias, Dios Padre nuestro y de todos los seres humanos.
Gracias por la vida.
Gracias por todos los hermanos.
Gracias por tu Hijo Jesucristo.
Gracias por el mundo.
Gracias porque Tú eres nuestro Padre.

Jesús es el Hijo de Dios y de María, el enviado del Padre,
la luz del mundo, el camino, la verdad y la vida.
Tú que, con el Padre, formas una unidad,
Tú has venido a nuestro mundo,
te has encarnado, te has hecho uno de nosotros,
Tú nos has mostrado el rostro de Dios Padre,
su gran amor para con todos.
Tú te has entregado por la humanidad entera,
has pasado tu corta vida haciendo el bien,
viviendo como uno más de tus paisanos,
haciendo bien todas las cosas
y mostrando el amor misericordioso de Dios
con los necesitados de este mundo.
Y cuando llegó tu hora
consumaste el proyecto que Dios Padre te había encomendado.

Gracias Jesús,
gracias por todo lo que has hecho y estás haciendo por nosotros.
Gracias por tu persona, por tu palabra y por toda tu vida.
Gracias porque nos han invitado a ser tus amigos,
a formar parte de los tuyos,
a conocerte y seguirte para poder darte a conocer.
Gracias Jesús porque Tú eres  nuestro buen pastor,
Tú nos conoces a cada uno por nuestro nombre y nos guías.
Tú eres la cabeza
y nosotros somos los miembros de ese cuerpo que formamos contigo.
Ayúdanos, Señor Jesús, a vivir lo que somos con ilusión y sinceridad.
Perdona nuestras muchas infidelidades.

El Espíritu Santo, el Paráclito, el defensor como Jesús le llamaba
ha sido el enviado del Padre y del Hijo
para vivificar nuestro mundo,
para enriquecerlo de sus dones.
El Espíritu Santo ha venido al mundo
para convertir a los seguidores de Jesús en testigos,
para ser el alma de la Iglesia,
para acompañarnos a cada uno de nosotros a lo largo de la vida.

“Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones
según la fe de tus siervos.
Pon tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno”

Espíritu Santo, gracias por tu compañía,
gracias por todo lo que haces en nosotros y en todo el mundo.
Ayúdanos a conocer a Jesús, el enviado del Padre,
para seguirlo y poder darlo a conocer.
Ayúdanos a secundar la obra de Jesús en el mundo, el reino de Dios.
Ayuda a la Iglesia para que toda ella sea fiel seguidora de Jesús
y cooperadora en el proyecto de Jesús.
Ayuda Espíritu Santo al mundo entero
para que sea un recinto de paz y de justicia,
de libertad y de fraternidad.
Así sea