COMENZAMOS ESTA SEMANA LA CUARESMA.
El
miércoles de esta semana, día 26, tendremos la imposición de las cenizas; con
esta celebración daremos comienzo a la Cuaresma, tiempo de preparación para la
Pascua, para la celebración de la muerte y resurrección de Jesucristo.
Desde
siempre este tiempo de cuaresma ha tenido mucha importancia en la vida de la
Iglesia: es tiempo para prepararse para recibir los sacramentos, tiempo para
sintonizar con las vivencias de Jesús camino del calvario, tiempo para revisar nuestras
vidas y tratar de adecuarlas más al proyecto de Jesús, tiempo para disponernos
a celebrar la Pascua, la vitoria de Jesús sobre la muerte
Durante
la cuaresma los cristianos procuramos llevar una vida más austera, nos privamos de algunas cosas para poder compartir
con los necesitados, para adquirir un mayor dominio de si. Y también damos más
tiempo a Dios
Procuremos,
ahora, al principio de la cuaresma, trazarnos un pequeño plan de vida en el que
incluyamos algunos momentos de oración, algunas privaciones para poder
compartir con los necesitados y demos tiempo
para mirarnos a nosotros mismos y ver qué es lo que nos está pidiendo el
Señor para mejorar nuestras vidas: quizás visitar algún enfermo, ser capaces de
perdonar a alguien, tener más tiempo para estar con Dios, para rezar, no hablar
mal de los demás, escuchar la Palabra de Dios, ser más atentos
con las personas, prestar algún servicio, confesarnos etc.
Hay
cuatro palabras que expresan mucho de lo que es la cuaresma:
Silencio:
para escuchar a Dios, para escuchar su Palabra, para entrar en nuestro interior
y vernos con los ojos de Dios.
Ayuno
de comida y de otras muchas cosas para estar más en lo que Dios quiere y para
poder compartir con los necesitados
Abstinencia,
privarnos de algo carne etc. para no dejarnos atrapar por las cosas etc.
Oración
para estar con Dios que es nuestro dueño y Señor: Feliz tiempo de cuaresma
LA CARIDAD, EL AMOR.
La
Iglesia es la familia de Dios. Es una familia en la que nadie sufra por falta
de lo necesario. Ese es el ideal que
Dios quiere.
Pero
la caridad del cristiano ha de superar los límites de la Iglesia, ha de ser
universal. La parábola del buen samaritano sigue siendo el criterio de
comportamiento de lo que nosotros los cristianos deberíamos hacer: amar a todos
sin distinción y con un amor que trata
de poner en pie a las personas, de
rehacer a las personas completamente. El samaritanos no se contentó con sacarle
del apuro del momento sino que además de curarlo lo llevo a una posada para que
se hicieran cargo de él hasta que se recuperarse por completo.
El tiempo de cuaresma es un tiempo propicio para
ejercitarnos en la Caridad
EL
CRISTIANO NO NACE SE HACE
Un
cuentista se preguntaba cómo hacer beber al burro que no tiene sed. El burro
atesora muchas virtudes, pero carece absolutamente de flexibilidad, cuando dice
no es no y punto.
De
su proverbial tozudez nada ni nadie
logra sacarle por vía de razonamiento ni por medio de un castigo para que baje
su hocico hasta que se acerque a beber en la pila de gua. Sólo hay un remedio
para que se acerce a beber: ponerle otro compañero al lado sediento que se
ponga a beber.
Ante
el ejemplo del vecino sediento, el burro inapetente descubre su necesidad y se entrega con pasión a beber.
El
cristianismo no nace espontáneamente. A veces puede hasta repugnar. La cruz
puede ser vista como necedad y locura.
Como
en el ejemplo del burro necesitamos ejemplos, testimonios que nos hagan
descubrir su bondad y su riqueza.
El
cristianismo pues no nace, se comunica, se contagia con el ejemplo de otros.
¿Mi vida cristiana es capaz de contagiar a mi entorno?