Hemos
llegado a la Pascua después de haber vivido la cuaresma.
La
Pascua es el paso de la muerte a la vida, es la celebración de la victoria de
Jesús sobre la muerte. De esa Pascua esperamos ya participamos todos nosotros.
Porque
Jesús ha vencido a la muerte, porque Jesús ha vencido al pecado nosotros, sus
seguidores, estamos invitados a realizar el mismo camino.
La
victoria de Cristo sobre la muerte y el pecado es también nuestra victoria.
Alegrémonos
porque Jesús está vivo, porque la muerte ya no tiene la última palabra, porque
el pecado ha empezado a ser derrotado.
FELICES
PASCUAS PARA TODOS.
Ese
Cristo resucitado ya se está haciendo presente entre nosotros:
Allí
donde hay personas que luchan por construir un mundo en paz, allí está la fuera
del resucitado.
Allí
donde hay personas que ayudan se hace presente la fuerza del resucitado.
Allí
donde hay personas que perdonan se actualiza la victoria de Cristo resucitado.
Allí
donde hay personas que comparten se hace presente el amor de Cristo resucitado.
Allí
donde hay personas que construyen fraternidad se hace presente Cristo que dio
su vida por nosotros.
Allí
donde lay personas que defienden a los débiles se hace presente a Cristo
Resucitado.
Cristo,
el crucificado, está vivo y su victoria es nuestra victoria que día a día la
palpamos porque hay gentes que saben vivir para los demás, que saben amar de
verdad, que saben servir, que saben buscar el bien de los más débiles, que
reconocen en todo momento que Dios es nuestro Padre. Cada día en la Eucaristía
hacemos presente a Cristo Resucitado. A lo mejor estamos más sensibles o más
familiarizados, más propensos a descubrir y a solidarizarnos con la cruz que
con la resurrección, cuando la meta es la vida, la resurrección.