1.) Vivimos aquí en un mundo
lleno de pensamientos negativos, donde las noticias nos muestran un montón de
hechos que nos llevan más a la desesperación que a la esperanza.
2.) Vivimos en un mundo de
indiferencia causada por demasiada actitud pesimista y donde vivir sin
esperanza en el futuro se convierte en lo más común.
3.) No deja de ser un mundo
nuevo en búsqueda de otros tipos de espiritualidad y formas de esperanza.
Pensamos que está todo perdido y que no hay una manera re recuperar la
esperanza cristiana.
4.) La discrepancia entre
jóvenes y ancianos se ensancha día a día.
5.) Vivimos en un mundo donde
algunos pastores de la Palabra de Dios están demasiado cansados y piensan que
el mundo está por caer.
6.) Vivimos en un mundo donde cada
día se vacían las iglesias y donde solo durante las grandes fiestas se llenan.
Este es nuestro mundo actual, sin duda una tierra de misión. En mi humilde
opinión debemos volver al Evangelio. A las celebraciones les falta vida y alegría.