Reflexiones sobre la oración según el papa eméritos Benedicto XVI



La oración, dice Benedicto XVI, está inscrita en el corazón de toda persona y señala que la oración antes que realizar actos de culto o pronunciar palabras, es una actitud interior, un modo de situarse ante Dios. Hay quien dice que la oración no es cosa fácil pues es el lugar por excelencia de la gratuidad, de tender hacia el Invisible, el Inesperado y el Inefable.
Por ello la oración es una gracia que  hemos de pedir.
En la oración nos situamos ante Dios como seres débiles y necesitados de ayuda
Por ello una de las típicas expresiones que han manifestado la disponibilidad de rezar es ponerse de rodillas, confesando con ello la necesidad del Otro.
A Él le confieso que soy débil, necesitado, “pecador”.
En este mirar al Otro está la esencia de la oración.
La oración es relación personal con Dios, con Jesús, con María o con los santos, sabiendo que aunque nosotros nos olvidemos del Creador, el Dios vivo y verdadero no deja de tomar la iniciativa llamando al hombre al misterioso encuentro con Él por medio de la oración.