LA FIESTA DE NUESTRA PATRONA LA VIRGEN DEL NIÑO PERDIDO
Al finalizar las fiestas vamos a celebrar el gran día en honor a la Mare de Déu del Niño Perdido. Será como la guinda.
Es importante que celebremos la fiesta a María, que en cada lugar tiene un nombre. Pero lo que es más importante es que nos acordemos a lo largo del año de ella y todavía lo mejor es que nuestras vidas de cada día, allá donde nos encontremos, estén en consonancia con lo que ella fue y con lo que su Hijo Jesús nos ofrece con su vida y con la Palabra de Dios.

A lo largo del año, y de una forma especial estos días de la novena y de la fiesta, es la Cofradía del Niño Perdido la que se ocupa de una forma más concreta de todo lo que hace referencia a la fiesta. Hay que agradecer a estas personas que dan de su tiempo y que se ocupan de estas cosas.
Que la Virgen del Niño Perdido les bendiga abundantemente.
ORACIONES A LA VIRGEN
De ofrecimiento
Oh Señora mía, oh Madre mía, yo me ofrezco enteramente a Vos y en prueba de mi filial afecto os consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón; en una palabra todo mi ser.
Ya que soy todo vuestro, oh Madre de bondad, guárdame como cosa y posesión vuestra. Amén.
Oración de San Bernardo
Acorados, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro socorro haya sido abandonado de Vos.
Animado con esta confianza a Vos también acudo, oh Madre, Virgen de las Vírgenes y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a aparecer ante vuestra presencia soberana.
No desechéis, oh Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien, inclinad a ellas vuestros oídos y dignaos atenderlas favorablemente. Amén.
Jaculatoria
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A ti celestial princesa,
Virgen sagrada María,
te ofrezco desde este día
alma vida y corazón;
mírame con compasión:
no me dejes, Madre mía.