DIA 7 EL REGRESO A NAZARET
ORACIÓN INICIAL.
Dios te Salve María, Madre del Niño Perdido, Patrona de Alquerías, nosotros, tus hijos, venimos durante estos días a obsequiarte con nuestras plegarias; venimos a intentar aprender de ti, primera mujer de la Iglesia, a vivir lo esencial de la vida cristiana: la fe, esperanza y caridad. Que con tu ayuda y nuestro esfuerzo nos sintamos y vivamos como hombres y mujeres de la Iglesia de hoy. Amén.
LECTURA DE LA SAGRADA ESCRITURA.
“Bajó con ellos y vino a Nazaret,
y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba
cuidadosamente todas las cosas en su corazón.
Jesús progresaba en sabiduría,
en estatura y en gracia ante Dios y
ante los hombres.” (Lc. 2, 51-52)
Con estas cortas palabras resume San Lucas un largo periodo de la vida de Cristo: Sus años de vida retirada en Nazaret, hasta la vida pública.
Son breves las palabras del Evangelista, en verdad, pero son sustanciosas. Son una gran lección de silencio.
Escuchemos al Papa Paulo VI sobre este particular:
“Silencio que provoca en nosotros un aprecio hacia esta condición admirable del espíritu cuando nos encontramos envueltos en tantos clamores y gritos provenientes de esta ruidosa, hipersensibilidad vida moderna. ¡Oh silencio de Nazaret! Enséñanos el recogimiento, la interioridad, la disposición para escuchar las buenas inspiraciones y las palabras de los verdaderos maestros, enséñanos la necesidad y el valor de las preparaciones, del estudio, de la meditación de la vida personal e interior, de la oración cuyo secreto sólo conoce Dios” (Paulo VI, palabras en Nazaret, 1964)
Callar a veces cuesta más que hablar...
María y José callan.
Jesús, el maestro, calla...
María es madre de corazón adentro; no de labios afuera...
Su silencio, es silencio de oración, de recogimiento, de prudencia, de sumisión a los planes de Dios...
REFLEXIÓN:
¿Soy persona extrovertida o busco silencios para la reflexión?
¿Valoro la necesidad de la preparación en el estudio y en la oración?
SALUTACIONES A LA VIRGEN:
-Virgen del Niño Perdido, mujer de fe y acendrada religiosidad que, en tu bajada al Templo de Jerusalén, nos invitas a valorar las prácticas religiosas como expresión de fe; haz que no disociemos en nuestra vida, la fe y las tareas de cada día.
Ave María…
-Madre del Niño Perdido, por la pena y dolor que experimentasteis en la pérdida de Jesús, al quedarse en el Templo, haz que sintamos nosotros ese mismo dolor, al perderlo por el pecado, y que pongamos el esfuerzo y diligencia que tú y San Jose pusisteis hasta encontrarle.
Ave María…
-Virgen del Niño Perdido , por la alegría que supuso para vuestro corazón de madre el encontrar al Niño Jesús en el Templo, haz que cada uno de nosotros, le sepamos encontrar, y alegremos con su presencia, en nosotros y en los demás.
Ave María…
ORACIÓN A LA VIRGEN.
¡Oh Virgen, de ti,
como de montaña no abierta,
fue sacado Cristo, la piedra angular
que ha unido las naturalezas divididas.
Por eso nos alegramos
y te ensalzamos, oh Teotokos!
¡Venid, recordemos con corazón puro
y ánimo sobrio a la Hija del Rey,
al esplendor de la Iglesia,
más brillante que el oro,
y ensalcémosla!
Salve, y regocíjate, oh esposa del gran Rey,
tú que reflejas espléndidamente
la belleza de tu esposo,
y exclama con tu pueblo:
¡Oh Dador de la vida,
te ensalzamos!.
Oh Salvador, da tu celeste ayuda
a tu Iglesia;
ella no reconoce otro Dios
y liberador fuera de ti,
que has dado tu vida por ella
y te glorifica reconocida.
Acepta las súplicas de tu pueblo,
oh Virgen, Madre de Dios,
e intercede sin cesar ante tu Hijo,
a fin de que nos libre a nosotros que te alabamos
de los peligros y tentaciones.
Tú eres, en verdad, nuestra embajadora
y nuestra esperanza.
(Andrés de Cresta)