FORMACIÓN PARA LOS CATEQUISTAS
En
esta primera semana después de Reyes, a nivel de arciprestazgo, los catequistas
del arciprestazgo se reúnen en la parroquia de María Auxiliadora para formarse
en su labor de acompañar a los niños y jóvenes que están en esa etapa de
Iniciación cristiana, o sea en el tiempo de preparación a la recepción de los
primeros sacramentos.
Por
tanto no hay catequesis para los niños de comunión y para los chavales de
confirmación.
En
este tiempo que se denomina de iniciación cristina es un tiempo propicio para
ir asumiendo actitudes y comportamientos acordes a la fe cristiana.
YA ESTÁN LOS OPERARIOS DIOCESANOS
ENTRE NOSOTROS
Me
parece que ya lo comentamos.
Como
todos saben junto al convento de las Hermanas Carmelitas está la casa grande de
los Operarios Diocesano,
Desde
allí, durante algunos años, han servido los Operarios esta parroquia. O sea que
han tenido una vinculación importante con nuestra parroquia, a muchos de Vds
les son muy conocidos los Operarios Diocesanos
Últimamente,
hace algunos años, que dicho caso no tenía ninguna actividad o muy poca.
Pero
estos días ha vuelto a abrir sus puertas, a tener vida y con una muy buena
finalidad, con tres Operarios Diocesanos al frente:
He
aquí lo que van a hacer, como nos dicen ellos:
“La
Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos ofrece un proceso de
acompañamiento para el crecimiento integral de los presbíteros diocesanos que
experimentan diversas dificultades en su vida y ministerio, con el
consentimiento de su Obispo.
Esto
se realiza en un clima grupal que genere la confianza y el respeto necesario
para la maduración personas.”
Pidamos
a Dios por esta noble oferta de cara a ayudar a los sacerdotes diocesanos.
Que
Dios bendiga a los tres Operarios Diocesanos que van a poner en marcha este
proyecto y que su empeño de frutos abundantes.
Encomendémoslos
a Nuestra Señora del Niño Perdido
LA ESCALERA
Un
carpintero su puso un día a construir una escalera.
Pasó
un vecino, vio lo que estaba haciendo y le dijo
-
Si me regalas un pequeño trozo, a mí me serviría mucho, y a tu obra casi no le
perjudicaría: ¿podrías regalarme un tramo de tu escalera?
El
carpintero se rascó la cabeza y se lo dio. El vecino se lo agradeció y se fue
contento. Después vino otra persona y le pidió unos peldaños porque los
necesitaba. El carpintero accedió. El hombre se retiró contento y agradecido.
El carpintero continuó trabajando su obra.
Pasó
por allí una pobre mujer y le pidió que le regalara un peldaño de madera, ya
que era urgente arreglar una pared de su casa. El carpintero accedió. La mujer
se alegró contenta y agradecida.
Vinieron
muchos más y el carpintero seguía accediendo. El invierno era duro, la miseria
era muy grande y el carpintero daba a todo el mundo trozos de su escalera, aún
para quemarlos como leña.
Y
decía a su mujer:
-
No comprendo,
mujer, Mi escalera es cada vez más pequeña y, sin embargo, subo por ella al
cielo y cada vez estoy más cerca.
¿CON QUIÉN COMPARTO YO MIS TROZOS DE
ESCALERA?