HOJA PARROQUIAL Domingo 4º de Adviento


FELIZ NAVIDAD

Es, casi podríamos decir, una frase hecha que estos días está en boca de todo el mundo: Feliz Navidad.
Es en estas fechas cuando celebramos el nacimiento del Hijo de Dios, su cumpleaños. Ese es el origen de la Navidad
Por una parte, sé que la Navidad la hemos asumido tanto como algo de todos que por ello mutuamente nos felicitamos.
Pero por otra parte pienso que corremos el peligro de quedarnos en esas felicitaciones y abrazos cordiales entre nosotros.  ¿Pero sabemos quién ha nacido? ¿Nos acordamos de él? ¿Sabemos qué aniversario celebramos? ¿Conocemos la trascendencia de este nacimiento?
Que entre tantas felicitaciones no nos olvidemos que se trata de la fiesta de Jesús, que Navidad es el aniversario de Jesús el Hijo de Dios y de María.
La Navidad fue el principio de toda una bonita historia que Dios empieza para toda la humanidad.
Así pues, felicidades a todos por la Navidad, por el aniversario de Jesús por ello felicidades sobre todo a Jesús por su cumpleaños.
Y un deseo para todos: que sepamos, unos y otros, continuar su obra, lo que él vino a realizar en este mundo.
Y por otra parte digámosle a Dios y a su hijo Jesús: gracias por haber venido Jesús a este mundo, una venida maravillosa que nos desconcierta y nos ayuda a descubrir la manera de ser de Dios.
No nos cansemos de darle gracias a Dios
Feliz Navidad. Felicidades Jesús por tu nacimiento

CICATRICES DEL AMOR

En un caluroso día de verano, un niño decidió ir a nadar en una laguna detrás de su casa.
Salió corriendo por la puerta trasera, se tiró al agua y a nadar. No se daba cuenta de que un cocodrilo se le acercaba.
Su mama, desde la casa, miraba por la ventana y vio con horror lo que sucedía. Enseguida corrió hacia su hijo gritándole lo más fuerte que podía. Oyéndola, el niño se alarmó y giró hacia su mama. Pro fue demasiado tarde.
Desde el muelle, la mamá agarró al niño por sus brazos, justo cuando el caimán le agarraba sus piernecitas. La mujer tiraba de los brazos del niño con todas sus fuerzas. El cocodrilo era más fuerte, pero la mamá era mucho más apasionada, y su amor no la abandonaba.
Un hombre que escucho los gritos se apresuró hacia el lugar con una pistola y mató al cocodrilo.
El niño sobrevivió y, aunque sus piernas sufrieron bastante aún pudo llegar a caminar.
Cuando salió del trauma, un periodista le preguntó al niño que estaba hospitalizado si quería enseñarle las cicatrices de sus pies. El niño levantó la colcha y se las mostró. Pero entonces, con gran orgullo, se remangó las mangas y, señalando hacia las cicatrices en sus brazos, le dijo:
-         Pero las que usted debe ver son éstas, no las de las piernas
Eran las marcas de las uñas de su mamá, que habían presionado con fuerza sus brazos.
-       Las tengo y las enseño a todo el mundo con satisfacción porque mamá no me soltó y me salvó la vida. Esas marcas muestran el gran amor que mi madre me tiene. Son mi mayor tesoro.