UN PUENTE



Un campesino y su niño iban de camino a un pueblo cercano para el mercado anual. El camino pasaba por sobre un puentecillo de piedra resquebradizo y tambaleante por el río que llevaba mucha agua. El niño se asustó:
-         Papa ¿piensas que el puente resistirá?
El padre le respondió:
-         Te llevaré de la mano, hijo mío.
Y el niño puso su mano en la del padre. Con mucha cautela atravesó el puente al lado de su padre y llegaron al destino.
Regresaron cuando caía la tarde. Mientras caminaban, el pequeño preguntó:
-         ¿Y el río, papá? ¿Cómo lo atravesaremos por aquel puente peligroso? Tengo miedo.
El hombre fuerte y robusto tomó en brazos al pequeño y le dijo:
-         Quédate aquí entre mis brazos y estarás seguro.
Mientras el campesino avanzaba con su preciosa carga, el niño se durmió, profundamente.
A la mañana siguiente el pequeño despertó y se encontró sano y salvo en su camita. La luz del sol se filtraba a través de la ventana. Ni siquiera se había dado cuenta de haber sido llevado más allá del puente sobre el torrente impetuoso.
Esta es la muerte del cristiano.
              
LA MUERTE DEL CRISTIANO ES CONFIARSE TOTALMENTE EN LOS BRAZOS DE UN DIOS PADRE QUE NOS AMA.
HEMOS VISITADO ESTOS DÍAS A NUESTROS DIFUNTOS, ES POSIBLE QUE PENSANDO EN ELLOS TENGAMOS MIEDO A LA MUERTE. ESTAMOS EN BUENAS MANOS, DIOS NOS LLEVA EN SUS BRAZOS.