En el Nuevo Testamento, Jesús se presenta en
la sinagoga de Cafarnaún y lee el pasaje de Isaías en el que proclama un año de
gracia, retomando las palabras del
profeta Isaías:
“El Espíritu del Señor está sobre
mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a
proclamar a los cautivos la libertad y a
los ciegos la vista; a poner en libertad a los oprimidos a proclamar el año de
gracia del Señor” (Lucas 4, 16, 19).