DIA 6 EL ENCUENTRO EN EL TEMPLO
ORACIÓN INICIAL.
Dios te Salve María, Madre del Niño Perdido, Patrona de Alquerías, nosotros, tus hijos, venimos durante estos días a obsequiarte con nuestras plegarias; venimos a intentar aprender de ti, primera mujer de la Iglesia, a vivir lo esencial de la vida cristiana: la fe, esperanza y caridad. Que con tu ayuda y nuestro esfuerzo nos sintamos y vivamos como hombres y mujeres de la Iglesia de hoy. Amén.
LECTURA DE LA SAGRADA ESCRITURA.
“Cuando le vieron, quedaron sorprendidos,
y su madre le dijo: “Hijo ¿Por qué nos has hecho esto?
Mira tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando.”
El les dijo: “Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía
estar en la casa de mi Padre?. Pero ellos no comprendieron
la respuesta que les dio.” (Lc. 2, 48-50)
La escena es enternecedora: los padres angustiados y el Hijo ¡tan tranquilo...!
El diálogo es muy natural.
Las respuestas de Jesús, los padres, no las entienden.
Los intereses de Dios y los intereses de los hombres, a veces –demasiadas veces- no se corresponden. No hay sintonía. Forman líneas paralelas y nunca se encuentran.
Jesús interesado por las cosas del Padre. Ellos preocupados por su Hijo.
Dios es el más preocupado por nuestras cosas: Es Providencia. No tiene oídos sordos.
El nos dirá, después, en su vida:
“Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo su obra”. (Jn. 4, 34). “Yo no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió” (Jn. 5, 30). “Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y lo demás se os dará por añadidura” (Mt. 6, 33)
REFLEXIÓN:
¿Son nuestros intereses los intereses de Dios?
¿Intento buscar la voluntad de Dios en mi vida?
SALUTACIONES A LA VIRGEN:
-Virgen del Niño Perdido, mujer de fe y acendrada religiosidad que, en tu bajada al Templo de Jerusalén, nos invitas a valorar las prácticas religiosas como expresión de fe; haz que no disociemos en nuestra vida, la fe y las tareas de cada día.
Ave María…
-Madre del Niño Perdido, por la pena y dolor que experimentasteis en la pérdida de Jesús, al quedarse en el Templo, haz que sintamos nosotros ese mismo dolor, al perderlo por el pecado, y que pongamos el esfuerzo y diligencia que tú y San Jose pusisteis hasta encontrarle.
Ave María…
-Virgen del Niño Perdido , por la alegría que supuso para vuestro corazón de madre el encontrar al Niño Jesús en el Templo, haz que cada uno de nosotros, le sepamos encontrar, y alegremos con su presencia, en nosotros y en los demás.
Ave María…
ORACIÓN A LA VIRGEN.
Salve del mar estrella,
de Dios Madre Sagrada,
y siempre Virgen pura,
puerta del Cielo santa.
Pues de Gabriel oíste
el Ave, oh Virgen sacra,
en él mudando el de Eva,
da paz a nuestras almas.
A los ciegos da vista,
las prisiones desata,
destierra nuestros males,
y todo bien alcanza.
Muéstrate Madre nuestra
y lleguen las plegarias
al que, por redimirnos,
nació de tus entrañas.
Virgen sin igual eres,
la más dulce entre tantas,
libra el alma de culpas,
hazla pura y mansa.
Renueva nuestra vida,
el camino prepara,
y así a Jesús veamos
alegres en la patria.
(Himno popular, siglo IX).