UN EJERCICIO PARA LA CUARESMA
Un ejercicio para esta cuaresma bien podría ser aceptarnos, aunque no nos gustemos. A veces no es fácil aceptarse como somos y aceptar las circunstancias que nos rodean. Lo cual no quiere decir que aprobemos el mal o las cosas que podrían mejorar. He aquí unas reglas por si a alguien le pueden servir
ACÉPTATE tal como eres y esfuérzate por ser todo lo que puedas llegar a ser. Acepta al otro tal como es.
PERDÓNATE y sé tu propio Cireneo. Desecha todo complejo de culpabilidad que es paralizante. Perdónate y estarás capacitado para perdonar al otro y para perdonarlo todo. Dios es el primero en perdonarte.
VALÓRATE: puede que, a fuerza de querer ser humilde, termines siendo injusto. No eres pura incapacidad. Repasa bien todos los dones que Dios te ha dado. No son para ti, pero te han sido dados. Si tienes fe en ti mismo, tus capacidades se multiplicarán.
NO TE COMPARES: El comparativo es fuente de inquietudes y tristezas, origina envidias y complejos. El día que renunciemos al comparativo, encontraremos la paz. Piensa que tú eres irrepetible. Has de ser todo lo que estás llamado a ser, pero nunca más o menos que el otro.
ÁMATE: ámate respetuosamente y exigentemente: ámate comprensiva y compasivamente, como Dios mismo te ama. Eso no es pecado, sino virtud. El pecado es no amar.
(Cáritas Española)