Mensaje del Papa Francisco a las familias



“No tenemos padres perfectos, no somos perfectos, no nos casamos con una persona perfecta, ni tenemos hijos perfectos. Tenemos quejas de unos a otros. Nos decepcionamos los unos a los otros. Por tanto, no existe un matrimonio saludable ni familia saludable sin el ejercicio del perdón.
El perdón es vital para nuestra salud emocional y sobrevivencia espiritual. Sin perdón la familia se convierte en un escenario de conflictos y un bastión de agravios. Sin el perdón la familia se enferma. El perdón es la esterilización del alma, la limpieza de la mente y la liberación del corazón. Quien no perdona no tiene paz del alma ni comunión con Dios. El dolor es un veneno que intoxica y mata. Guardar una herida del corazón es un gesto autodestructivo. Es autofagia. Quien no perdona enferma físicamente emocionalmente y espiritualmente.
Es por eso que la familia tiene que ser lugar de vida y no de muerte; territorio de curación y no de enfermedad; etapa de perdón y no de culpa. El perdón trae alegría donde un dolor produjo tristeza; y curación, donde el dolor ha causado enfermedad.
Al envejecer y ser más sabios, lentamente nos damos cuenta de que:
-      Un reloj de 300 dólares marca la misma hora que el reloj de 30.
-      Una cartera de 300 euros carga el mismo dinero que una de 30.
-      La soledad en una casa d 30 metros cuadrados o de 300 es la misma.
-      Espero que un día te des cuenta que tu felicidad interna no viene de las cosas materiales en el mundo. No importa si viajas en primera clase o en la económica, igual bajas si el avión se cae.
Recuerda cinco hechos indiscutibles de felicidad:
1.     No eduques a tus hijos a ser ricos, edúcales a ser felices, para que vean el valor de las cosas y no su peso.
2.     Las palabras más galardonadas en Londres. “Come tu comida como si fuese tu medicina, o tendrás que tomar tu medicina como si fuera comida”
3.     La persona que te ama nunca te dejará. Aún si hay 100 motivos para rendirse, encontrarán una razón para quedarse y quererte.
4.     Hay una gran diferencia entre un ser humano y ser un humano. Muy pocos la entienden.
5.     Eres amado cuando naces, y serás amado cuando mueras. Depende de un tiempo intermedio.
Los seis mejores doctores en el mundo son: luz solar, descanso, ejercicio, dieta, confianza en uno mismo, y amigos.
Mantenlos durante todas las etapas de tu vida y disfruta una vida sana.
Amén.

Año del Jubileo, año de la misericordia y de perdón.

En este año del Jubileo, del perdón y de la misericordia la Iglesia nos recuerda que tenemos el sacramento de la reconciliación, que es el regalo del perdón de nuestros pecados.
Por el sacramento del perdón Dios nos perdona nuestros pecados, recobramos la amistad con Dios.
Jesús perdonó los pecados.
Jesús dio el poder de perdonar los pecados a la Iglesia.
Todos somos pecadores. Todos, en nuestra vida en muchos momentos, despreciamos la amistad de Dios, el estilo de vida que Él nos propone, no respetamos sus normas de conducta, ofendemos a los demás... Rompemos la amistad con Dios.
Ante esa realidad Dios nos ofrece su perdón que es fruto de su amor.
Que sepamos valorar ese regalo que Dios nos ofrece del perdón de nuestros pecados, para que así como Él nos perdona nosotros sepamos perdonarnos unos a otros.

San Antonio

Vamos a celebrar, como todos los años, la festividad de San Antonio.
Bendeciremos los animales e iremos a la muntanyeta de Sant Antoni donde celebraremos la Eucaristía.
Será un día ante todo de convivencia entre todas las personas que se acercarán a ese lugar emblemático para el pueblo de Alquerías del N.P.
Que San Antonio nos proteja y de una forma especial que nos ilumine para cuidar como se debe la naturaleza, que es obra de Dios para todos. 
Que nuestro mundo no sea avaricioso y actúe de forma responsable para no maltratar la obra de Dios.
Que en todo lo creado sepamos descubrir la mano de Dios.
Dios ha sido bueno con nosotros ya que nos ha construido una gran casa donde podamos vivir.

 

OBRAS DE MISERICORDIA ESPÍRITUALES

Son siete:
1.- Enseñar al que no sabe.
2.- Dar buen consejo al que lo necesita.
3.- Corregir al que hierra.
4.- Perdonar las injurias.
5.- Consolar al triste.
6.- Sufrir con paciencia los defectos del prójimo.
7.- Rogar a Dios por los vivos y difuntos.

   Las obras de misericordia son el modo en que expresamos el amor con que Dios nos ama.
   Al amar de esta manera a los demás, expresamos nuestra fe en Dios, que se ha hecho hombre, ha entrado en nuestra vida y la ha hecho semejante a la suya.
   Misericordia significa poner el corazón en las pobrezas, necesidades y sufrimientos de los demás.
   Esos sufrimientos, esas pobrezas, pueden ser espirituales y corporales.
   No hay que confundir la misericordia con tener pena. El que sólo tiene pena no se implica por hacer algo bueno por el otro.
   Cuando decimos que Dios es misericordioso queremos decir que ama nuestras pobrezas, las abraza y las transforma con su amor.
   Es decir nos da posibilidades para salir de nuestra miseria. No olvidemos que el ejemplo a imitar es siempre Jesús. Sus palabras y sus obras estuvieron llenas de misericordia con todos los que sufrían alguna dolencia, con todos los que vivían en el pecado o eran presas de alguna enfermedad o sufrimiento.