Dios omnipotente, que estás presente en todo el universo
y
en la más pequeña de tus criaturas.
Tú
que rodeas con tu ternura todo lo que existe,
derrama
en nosotros la fuerza de tu amor para que cuidemos la vida y la belleza de
cuanto existe.
Inúndanos
de paz, para que vivamos como hermanos y hermanas
sin
dañar a nadie.
Dios
de los pobres, ayúdanos a rescatar a los abandonados y olivados
de
esta tierra que tanto valen a tus ojos.
Sana
nuestras vidas, para que seamos protectores del mundo y no depredadores,
para
que sembremos hermosura y no contaminación y destrucción.
Toca
los corazones de los que buscan sólo beneficios
a
costa de los pobres y de la tierra.
Enséñanos
a descubrir el valor de cada cosa, a contemplar admirados,
a
reconocer que estamos profundamente unidos
con
todas las criaturas en nuestro camino hacia tu luz infinita,
Gracias
porque estás con nosotros todos los días.
Aliéntanos
por favor, en nuestra lucha por la justicia, el amor y la paz. (Laudato, si)