Mensaje del Papa Francisco para la cuaresma de 2105 (Más frases)



El Papa Francisco constata que en nuestro mundo de hoy se da una indiferencia hacia Dios y hacia los demás. Ante esta realidad nos ofrece un camino que puede romper esta indiferencia
La caridad de Dios que rompe esta cerrazón mortal en sí mismos de la indiferencia, nos la ofrece la Iglesia con sus enseñanzas y , sobre todo, con su testimonio.
Sin embargo sólo se puede  testimoniar lo que antes se ha experimentado. El cristiano es aquel que permite que Dios lo revista de su bondad y misericordia, que lo revista de Cristo,  para llegar a ser como Él, siervo de Dios y de los hombres.
Nos lo recuerda la liturgia del Jueves Santo con el rito del lavatorio de los pies.
Pedro no quería que Jesús le lavase los pies, pero después entendió que Jesús no quería ser sólo un ejemplo de cómo debemos lavarnos los pies unos a otros.
Este servicio sólo se puede hacer quien antes se ha dejado lavar los pies por Cristo
La Cuaresma es un tiempo propicio para dejarnos servir por Cristo y así llegar a ser como Él. Esto sucede cuando escuchamos la Palabra de Dios y cuando recibimos los sacramentos: el cuerpo de Cristo. En él no hay lugar a la indiferencia, que tan a menudo parece tener tanto poder en nuestros corazones. Quien es de Cristo pertenece a un solo cuerpo y en Él no se es indiferente hacia los demás “Si un miembro sufre, todos sufren con é, y si un miembro es honrado todo se alegran con él” ( 1 Co m12, 26).
Es San Pablo el compara a los cristianos un cuerpo compuesto de muchos miembros. Cristo es la cabeza y todos estamos unidos a ese mismo cuerpo, teniendo todos como cabeza a Cristo.